miércoles, 19 de septiembre de 2012

Y creí soñar...



He soñado que estaba contigo, yo sentada en la cama y tú durmiendo plácidamente entre sábanas de algodón. He soñado que estábamos nadando en aguas turquesas entre peces de colores, mientras besaba tu cuello húmedo y escurridizo por el mar. He soñado que aprendía de ti el significado de las pandillas de perros, que me enseñabas los nogales en otoño, a encender fuego con piñas silvestres, que me engañabas para esquiar en montañas lejanas y patinar por el parque de la ciudad. He soñado que me hacías ver que todo tiene importancia relativa, que la alegría debe ser el leitmotiv de nuestra vida, que hay que enfrentarse siempre a los problemas con una sonrisa. He soñado que posabas para miles de fotos, que tu mirada se encontraba con la mía de repente por la mañana, que te pillaba de manera desprevenida y acabábamos durmiéndonos a horas intempestivas. He soñado que me hacías sufrir, que lloraba en silencio por las tardes cuando tú no estabas, que el invierno era más invierno que nunca, que un abismo se abría paso entre tus deseos y mi realidad. He soñado que necesitaba respirar para no enloquecer, que me ahogaba en tus silencios, en tus miradas perdidas, en tus pensamientos vagos y en tus palabras vacías. He soñado que empezaba a resurgir, que la luz estaba cada vez más cerca, que las fuerzas se aferraban para salir y combatir las dispersiones vitales. He soñado que espantaba con mi mirada a los fantasmas que antes me daban miedo, que una fuerza incontrolable me hacía sonreír y plantarle cara al desasosiego. He soñado que volvías a ser tú, que tu mirada y tus palabras volvían a tener vida, que seguías haciéndome sonreír, aún y cuando te reñía por todas las pequeñas cosas que solo tú sabes. He soñado que seguía siendo feliz, que las caricias seguían siendo electrizantes y que los besos seguían haciéndome vibrar la piel.

He soñado tantas cosas durante tres años, que cuando me he despertado y he visto que estabas a mi lado, con la cabeza perdida entre almohadas de plumas y sonriéndome en la duermevela, me he dado cuenta que no había sido un sueño… Y la felicidad ha iluminado mi rostro... Y entonces he sido consciente de que siempre te he querido…



martes, 18 de septiembre de 2012

Give


¿Que hay más reconfortante que dar? Quizás recibir, pensaréis. Y es cierto. 
Así que, si todos damos, todos recibimos. 
Seamos generosos...