martes, 28 de noviembre de 2023

Presente



 

“Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. 

Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. 

Si hay tormenta, déjala rugir, ya se calmará”.


Lao-Tsé 



lunes, 20 de noviembre de 2023

Viceversa



Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.


Mario Benedetti



martes, 14 de noviembre de 2023

Soneto

 


Una noche calurosa de verano, de esas que duermes con la ventana abierta para escuchar el sonido del mar de fondo, una persona que llegó a mi vida para cambiarla, me mandó un soneto de Francisco Luís Bernárdez que me encantó. Entonces no sabía lo mucho que me marcaría, ni ella ni el soneto. Decía así:


Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
 
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
 
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

 Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.


Pasaron noches y mañanas y tardes, y el verano acabó y empezaron los árboles a cambiar de color y a dejar caer sus hojas, para crear una manta de melancolía en las calles y en los parques de la ciudad, lejos del mar. El otoño se instaló en mi vida, y con él los anhelos de quimeras imposibles. Releí el soneto cientos de veces, para que sus rimas me iluminaran los días más nublados. Verbos que se convirtieron en un mantra de Fe: recobrar, perder, conseguir, soportar, enamorar, herir, sufrir, llorar, comprobar, gozar, padecer, comprender, florecer, sepultar... Tránsitos vitales de aprendizaje.

Y una noche lo vi todo claro. Mi mundo entero se quebró, mi pasado emergió para recordarme todo lo que me había hecho daño, mi futuro se vislumbró oscuro y, de repente, una luz interior salió de mí para hacerme revivir, dándome fuerzas para enfrentar mis miedos más personales. La niña de mi infancia se despertó, y me gritó fuerte que la sacara y me sacudió para que dejara de vivir en el letargo del hastío, para que me moviera hacia un mañana de colores. Y le hice caso, porque esa niña inquieta y justiciera que llevo dentro, quería recuperar su vida.

Grité, lloré, recé, aprendí a estar conmigo y con mi espiritualidad abandonada, confié en mí, pedí ayuda, leí, y el silencio de las noches se convirtió en mi mejor aliado. Tiempo después, cuando dejé de estar subyugada por el miedo, me lancé al vacío, esperando caer y recomponerme, pero la caída no fue tan alta como esperaba y, por fin, mi alma sonrió. Y me acordé mucho de ella, sintiendo en la distancia que estaría muy orgullosa de mi valentía, porque después de mucho tiempo, volví a creer en mi fuerza. Me refugié en una oración que calmaba mi perdición, fui capaz de ofrecer mi interior roto en confesión (literalmente), puse mi pasado en su sitio, recolocándolo en el lugar donde debía estar hace años y dándole su espacio lejos de mi día a día. Y, sólo entonces, supe que volvería a respirar, a llevar las riendas de mi vida, a centrarme en mi pequeña familia, a tener la tranquilidad que supone el no depender de inestabilidades ajenas. Todo empezó, al fin, a recolocarse.

En ese momento, la niña que durante tanto tiempo tuve atrapada dentro, salió corriendo, feliz, saltando entre los charcos como antes, con ganas de correr bajo la lluvia hacia el horizonte, sabiendo que al final, justo al borde del precipicio, ya no había una valla de espinas, sino un campo de girasoles y un atardecer de esos tan bonitos que te dejan sin respiración. Y entonces lo sentí y me emocioné, porque me había enfrentado a mis fantasmas y ya no me daban miedo. Ya no. 




domingo, 12 de noviembre de 2023

Mermaid



"I must be a mermaid.
I have no fear of dephts
and a great fear of shallow living".

Anaïs Nin




miércoles, 8 de noviembre de 2023

Cuarto oscuro

 



Me miró, la miré, sonreímos, con esa risa nerviosa de la incertidumbre de dos desconocidas que están a punto de entrar en un cuarto oscuro. Me gustó enseguida. Su voz atravesó como un flechazo mis sentidos más primarios y, entonces, supe que no podría despedirme de ella sin sentir su respiración en mi espalda. Baile de miradas y de manos que intentaban rozarse, despacio, disimuladamente, aceptando un tiempo de cortesía antes de la explosión inevitable que sellaría nuestros labios y nuestra piel esa misma noche.

Y bebimos y bailamos y hablamos y nos sentimos cerca, sin barreras ni presiones, y vivimos y fuimos felices por la ingenuidad de desconocer los reveses del futuro. Porque llegaron, claro, como llegan las decepciones y la impotencia de aceptar que los labios que un día te erizaron la piel, ya jamás volverán a hacerlo.

Hay días en los que sigue apareciéndose en mis sueños más prohibidos, y vuelve a rozarme la mano y a lamerme los labios de esa manera salvaje. Y siento que el deseo que nos quemaba me sigue perteneciendo, justo en ese momento en el que el silencio y la oscuridad me obligan a cerrar los ojos y dejarme llevar. Porque el resto, ya se fue...




miércoles, 1 de noviembre de 2023

Rimas

 


T e quiero
E n horizontal y en vertical

Q uería decírtelo
U n día
I maginarte a mi lado
E so quería
R imas en ese sentido
O en figurado


La luz de Candela (Mónica Carrillo)