viernes, 14 de julio de 2023

Retornos



Y entonces fui capaz de asimilarlo. Habían pasado muchos años, muchas tormentas, muchas noches de almohadas mojadas y sábanas secas, muchos días demasiado largos que quemaban el recuerdo y la retina, muchos pensamientos lanzados al vacío que no esperaban respuesta, sólo acción. 


Y entonces, fue cuando me asomé al ocaso y pude mirarle a la cara, esperando a que se riera de mí. Y lo hizo, vaya sí lo hizo, con su destino arbitrario y mi suerte lanzada al azar con una moneda sin filo. Y me pregunté si había valido la pena todo el esfuerzo… A día de hoy, me he hecho su amiga y ya forma parte de mi caos. Un todo o nada, un hacerme valer y sentirme poderosa, pero que se esfuma cuando una brisa de impotencia me obliga a soñarte con todas las posibilidades de la realidad, y siempre acaba venciendo un suspiro. 


No sé si volverás, no sé si podré acariciarte de nuevo, no sé si lanzar para siempre tu recuerdo al mar o dejar que aparezca volando de repente cuando menos me lo espere, no sé si tu sonrisa acabará en mi boca, no sé si me acordaría del baile que dejamos a medias. No sé si perder la fe o seguir buscándola entre tus fotos. Sólo sé que te echo de menos y que ojalá algún día el ocaso me de una tregua y deje de jugar conmigo. Quizás así, estaría en paz con ese no pudo ser…