martes, 31 de julio de 2012

Perdición


Si te has preguntado todo este tiempo dónde estaba, decirte que he estado exactamente en los lugares que tú nunca te habrías imaginado. Me he perdido en manos ajenas, en bellezas imperfectas, entre piernas sedientas de movimiento, envuelta en sábanas de hostales baratos, mordiendo lenguas bajo puentes viejos, esperando caricias mojadas [por la lluvia], lamiendo cuerpos a punto de derretirse, escuchando gemidos ajenos pero demasiado cercanos, entre curvas voluptuosas y espaldas atléticas, en esquinas solitarias susurrando apetitos carnales, deambulando por los burdeles de la vida, perdiéndome en la inmensidad de los sentidos...

¿Que por qué lo he hecho? Quizás por mi inconsciencia, quizás porque deseaba sentir la dureza de la soledad en mis rodillas, quizás porque era la única manera de olvidar todo el daño que me hiciste, quizás porque necesitaba sentirme libre de la dependencia de tu piel, quizás porque me duele profundamente saber que te has ido... O quizás me he perdido en la vorágine del deseo, simplemente, porque me apetecía...


miércoles, 11 de julio de 2012

Elefantes rosas


Parece que fue el año pasado cuando te escribí para que vinieras a verme esa noche a la terraza de verano, y desde ese día, hace justo hoy una década, te quedaste para siempre en mi vida, porque aunque hace ya tiempo que no estás en ella, sigues vagando por mis recuerdos, en mis pensamientos del pasado, en mi tranquilidad del presente y en la ilusión de mi futuro. 
Hace mucho que dejé de escribirte, pero tu presencia se ha quedado en mí como una huella del tiempo en la roca. Nuestros caminos se separaron, sin embargo nunca podré olvidar todo lo que me enseñaste y que me ayudó a ser como soy, a crecer como persona.
Hoy te pertenecen todas las palabras que se me quedaron en la boca y los pensamientos lanzados al vacío sobre tus recuerdos, porque aún y saber que jamás podré volver a regalarte agradecimientos ni pedirte disculpas, nunca permitiré que los elefantes rosas se pierdan en el olvido...