jueves, 31 de diciembre de 2015

Faith


"No matter where you go, 
it could all be simple.
You just have to believe in impossible things
and impossible things will begin to happen"

R.M. Drake


miércoles, 30 de diciembre de 2015

A sueños


"Estábamos, estamos, estaremos juntos.
A pedazos, a ratos, a párpados, a sueños"

Mario Benedetti


martes, 29 de diciembre de 2015

Rainy nights


"And there were always those nights
where she preferred the rain over people.
Because the rain would remind her of how she should feel
and people would remind her of the things she always wanted to forget"

R.M. Drake


lunes, 28 de diciembre de 2015

Tormenta


"Y una vez que pase la tormenta
no recordarás cómo hiciste para salir de ella,
cómo te las arreglaste para sobrevivir.
No estarás seguro siquiera, de hecho,
si la tormenta fue real.
Pero un cosa es cierta:
al salir de la tormenta 
no serás la misma persona que caminó hacia adentro.
De eso se trata esta tormenta"

Haruki Murakami


sábado, 26 de diciembre de 2015

Calefacción




- Bájatelas, despacio. Quiero ver como tus dedos se deslizan bajo tus ligueros y, lentamente, envuelven los encajes para que rocen tus piernas. Siempre me ha gustado, lo sabes.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes? Llevamos un tiempo queriéndonos de una manera demasiado pura, dejando de lado nuestra piel y el tacto húmedo que tanto placer nos ha dado. 
- Yo no he dejado de hacerlo. Durante todo este tiempo me he limitado a observar tus manos, tu cuello, la comisura de tus labios, tus curvas perfectas, tus pechos suaves, tus piernas infinitas... He estudiado todas y cada una de tus imperfecciones, amándolas puramente y deseándolas de la manera más obscena posible. Te he deseado mientras te observaba. Pero no pasa nada, tenemos tiempo, siempre que tú quieras compartirlo conmigo. 
- ¿Y si no quiero? Quizás ya pasó nuestro momento.
- Quizás pasó el tuyo, querida, porque yo sigo necesitando tu piel como aire para respirar. No sigas, si no quieres, pero yo continuaré con esto en mi imaginación.
- ¿Entonces qué hago? No estoy segura de que quiera hacerlo.
- Cierra los ojos. Mientras tanto, ve deslizando los encajes hasta los tobillos, por encima de esas medias que tan bien te quedan, dejándolos caer sobre tus zapatos de tacón, los que tantas veces me has clavado en la espalda. Te daré la vuelta sobre la cama y te romperé el liguero, me da igual que sea de los caros. Cuando me canse de tenerte sobre las sábanas de seda, deslizaré mis manos bajo los encajes y, aunque te resistas a sentirlo, haré que te humedezcas como antaño. Y sólo entonces, dejaré que te vayas.
- Cerraré los ojos, pero no creas que te será tan fácil dejarme ir. En el fondo, tengo tu piel tatuada en la mía, a fuego, y cuando tus manos me hacen vibrar, el mundo se para. Y a veces, quiero que se pare el mundo, aunque haya pasado nuestro momento.
- Date la vuelta, despacio, que mientras retiro el pelo de tu cara, morderé tus labios carnosos. Y me da igual que escondas tus manos, no las necesito para nada. Hoy no. Si va a ser una despedida, seré yo la que escriba el adiós sobre tu piel.


jueves, 24 de diciembre de 2015

Simple fact


"Life becomes more meaningful
when you realize the simple fact
that you'll never get the same moment twice"


martes, 22 de diciembre de 2015

Nada más





Aún recuerda cuando le había dicho tantas veces, a lo largo de los años, que a la vida no le pedía nada más que quedarse como estaba, porque era completamente feliz, con su vida y con ella. Y ella se lo creyó, hasta el último momento, porque así se lo hizo sentir. Ahora se da cuenta que fue una idiota. La engañó, una vez más. Qué cercanos y a la vez qué lejanos le han quedado esos días. Ella sabía que él ya ni se acordaba, porque era de las personas que cuando cerraba la puerta del pasado, todo lo que había anhelado en esa vida común, lo enterraba haciéndose el héroe por los callejones de la ciudad, mientras dulcificaba la realidad con versos ajenos. ¡Qué elegante era en persona pero que poco lo era para afrontar la vida! Menos poesía y más valentía, que con cobardes no se ha erigido el mundo, pensaba ella. Pero había días en los que, muy en el fondo de su corazón, le hubiera gustado ser como él, con ese desapego emocional que le caracterizaba desde la primera vez que se puso su capa negra. Fabulaciones, nada más.

A veces, mientras hace sus rondas nocturnas bajo la lluvia, se sorprende pensando en él desde la distancia, con esa sonrisa pícara y esa mirada profunda que hizo que se creyera que la haría feliz eternamente, aún sabiendo que la eternidad no existe. Así de caprichosos son los recuerdos… Pero hay siempre un momento en la noche en el que se arrodilla en una azotea cualquiera de la ciudad dormida y, derrumbada por el cansacio de las circunstancias, respira. Quizás es cuando más viva se siente, porque justo en ese instante en el que la lluvia se desliza por su capa roja, sabe bien que es la valiente de los dos, y que la vida, por muchos obstáculos que le ponga, siempre la recompensará...


Gaviotas




"Hoy podrás beber y lamentar
que ya no volverán
sus alas a volar
cien gaviotas dónde irán"

Duncan Dhu



viernes, 18 de diciembre de 2015

Inferno




Hay días en los que vemos más clara la realidad, y aunque duela, sacamos fuerzas para sobrellevar las presiones mundanas, porque una débil energía nos recuerda que tenemos que luchar para seguir vivos. Desde dentro todo quema, el aire, la comida, los paseos, la cerveza fría que antes nos alegraba la tarde, el tacto de las toallas recién lavadas, los árboles que hemos visto miles de veces y que nos daban seguridad al atardecer, las conversaciones entre adolescentes mientras andan despistados por el parque, una sonrisa furtiva que nos pilla desprevenidos, incluso apoyar la cabeza en la almohada nos quema.

Me imagino el infierno como algo similar. No creo que en él haya ni fuego, ni torturas, ni diablos salvajes con tridentes, ni espíritus malignos, ni lagos de lava ardiendo esperando atraparnos en su eternidad. El infierno es sentir todos aquellos sentimientos que nos abrasan las entrañas y la mente, esos recuerdos que golpean una y otra vez las pesadillas nocturnas, esa angustia y opresión que todas las mañanas se apodera del cuerpo y nos bloquea para pensar y actuar, esa canción que de repente escuchamos en la radio, esas grandes decepciones que nos atormentan desde el recodo más pequeño del corazón, ese malestar que no nos deja respirar, el olor de ese perfume que tan bien conocemos y que tanto placer nos dió en el pasado. Eso es el infierno, lugar difícil de explicar si nunca antes lo hemos pisado, porque el primer día que entramos en él, pensamos que será algo pasajero, un sitio del que saldremos pronto, hasta que nos damos cuenta que no, que por algo lo llaman infierno.

Una vez estuve en él durante demasiado tiempo, más del que sin duda me merecía, y me quemé, vaya si me quemé, desde fuera y por dentro, todos y cada uno de los días que pasé en él. Desde entonces, cada mañana sigo curándome la herida, porque no acaba de cicatrizar, y dudo que lo haga algún día, pero me miro al espejo e intento sonreir, para recordarme que la próxima vez, no seré yo la que vuelva allí...


jueves, 17 de diciembre de 2015

Pero dime





"Serás todo lo guapa que quieras, pero dime...
si el mundo fuera ciego,
¿a cuánta gente impresionarías?

Joaquín Sabina


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ojalá




"Ojalá nunca encuentres las palabras para explicarme,
cuando los demás te pregunten por mí"

Benjamín Griss


martes, 15 de diciembre de 2015

Cuarenta y ocho horas



El recepcionista me dió la llave, sin preguntar nada más. Cogí mi maleta, sonriendo, y subí a la habitación. Era un último piso de una gran ciudad, una cualquiera de las muchas en las que solía dormir todos los meses. Entré en la habitación y me gustó. Las sábanas blancas, la luz que entraba por todas las ventanas abuhardilladas, el silencio como único acompañante en ese frío día de invierno. Dejé las cosas, fuí al baño a lavarme la cara, me quité la ropa despacio, sintiendo que esta vez sería diferente. Mientras me duchaba, los recuerdos me acariciaban la piel a medida que el agua caliente caía por mi cuerpo. Me puse a temblar, tenía miedo, hacía demasiado tiempo que había dejado de sentirle cerca, pero su perfume seguía impregnando todos y cada unos de los sentimientos que se agolpaban en el pecho. Quería llorar, pero no pude. Tenía algo dentro que me impedía sacar más dolor del que había ido dejando atrás, a medida que el taxi avanzaba por las calles bulliciosas que anunciaban el cercano final del invierno. Sólo quería sentir las gotas de agua resbalando por mi cara y fundirme con ellas. Salí de la ducha, me sequé con una toalla suave, me puse el albornoz y me fuí directamente a marcar ese número de teléfono que me había estado atormentando durante días.

No pasó más de una hora cuando sonó el timbre de mi habitación. Tardé un rato en reaccionar. Sentía miedo pero era demasiado tarde para arrepentirme. Había llegado el momento de deshacerme del pasado y sentir pieles nuevas. Me acerqué a la puerta, sin hacer ruido, protegiéndome de lo desconocido, pero me armé de valor y abrí. Y de repente, allí estaba, con su traje impecable y sus zapatos de tacón. Sonrió y me susurró al oído que disculpara su tardanza pero que el tráfico a esas horas estaba imposible. No hizo falta más. En el mismo momento en que me dijo que ese fin de semana me haría olvidar cualquier fantasma del pasado, el albornoz cayó al suelo.

No me acuerdo ni de cuándo sucedió ni tan siquiera de su nombre, pero valió la pena, porque en esas cuarenta y ocho horas, el mundo se paró por primera vez en mucho tiempo.



sábado, 12 de diciembre de 2015

Abrazos


- ¿Por qué te despides siempre de la gente importante en tu vida, diciéndoles que les quieres y dándoles un abrazo tan fuerte?

- Porque nunca sabes cuándo va a ser el último día en que podrás decírselo ni darle un último abrazo.

Y se despidieron en la esquina de siempre, sin ella saber que esa sería la última vez en su vida en la que podría abrazarle sin dolor...


jueves, 10 de diciembre de 2015

Duty free

"¿Qué me has traido del viaje? Anda, dímelo... ¿Esas chocolatinas que tanto me gustan o el bizcocho con crema que nos comimos en Lyon? No, ya sé, ese queso con especias que tan buena pinta me dijiste que tenía. ¿Tampoco? Vale, entonces el aceite con aroma de trufa que sabes que tanto me gusta, ¿ese es el regalo, no? Venga, va, que ahora sí que te lo adivino. El perfume que siempre uso y que vimos que estaba de oferta en el aeropuerto de... no me acuerdo cuál de ellos era. ¿No? Se me están acabando las opciones. Quizás el reposacabezas peluchoso que casi compras en El Cairo. Bueno, ya, me rindo. Enséñame tus manos para ver qué me has traído esta vez, que ya no aguanto más la sorpresa".

Y justo en ese momento, me desperté por una turbulencia del avión, siendo consciente que había sido un sueño y que nunca más habría ni chocolates, ni bizcochos, ni aceites, ni perfumes, ni reposacabezas peluchosos... Cerré los ojos para dormirme otra vez y volver donde lo había dejado, pero cuando empecé a soñar, ya estaba en otro avión, con la mirada perdida en la bruma del amanecer, y de camino a cualquier otro destino que no fuera el suyo... Y entonces, me quité esa pulserita de hilo que me regaló en nuestro último viaje y la dejé dentro del vaso vacío de té. Cuando la azafata vino a recogerlo, se lo dí y le sonreí con tristeza, porque le entregaba el último vínculo que me quedaba del pasado. Pero esta vez no estaba soñando. Me dí cuenta al mirarme la muñeca, ver que ya no llevaba la pulsera de colores y oir por megafonía que nos quedaban veinte minutos para aterrizar.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Hoy

  Hoy es uno de esos días
  en que uno sólo espera
  que alguien le diga algo bonito
  algo que le saque de sus decepciones circulares
  de una historia de amor pasada de rosca
  o de la inquietud de esperar sentado
  a que en el congreso digan
  que hay una lluvia de abrazos sobre la ciudad.

  Porque la mayoría de las cosas que terminan
  suelen dejarte la vida rota en el sofá
  y a veces resulta agotador tratar de ser fuerte
  y saber las pocas probabilidades de que este jueves
  nos deje una nota de amor a carmín en el espejo.

  Uno de esos días
  en que uno tiene ganas de cambiar de domicilio
  para instalarse en un presente más amable
  porque a veces la vida es injusta
  y te secuestra un invierno áspero
  y el porvenir es sólo un niño mal vestido
  al que hace falta sólo un gesto
  para cambiar de traje
  justo ese gesto
  que hoy soy incapaz
  de encontrar.



  Marwan. La triste historia de tu cuerpo sobre el mío



sábado, 5 de diciembre de 2015

Ovillo



Cuando llegué a casa le vi hecho un ovillo. Me enternece tanto verle así. Me recuerda el día en que fuí a adoptarle, con su pasito nervioso, con su movimiento incesante de la cola, con sus ojos vivarachos en busca de alguien que lo llevara a un hogar.
Me acerqué sin hacer ruido porque pensaba que estaba durmiendo, pero me dí cuenta que estaba con los ojos abiertos, mirando al suelo. En ese momento lo entendí. No estaba acurrucado para conservar el calor en ese día tan frío, sino para que no se le escaparan los pocos sentimientos que le quedaban de su vida pasada.


jueves, 3 de diciembre de 2015

Mientras buceo


Me gusta bucear en el mar, siempre he pensado que es lo más cercano a flotar ingrávida con un traje de astronauta por el espacio. Sentir la presión del agua, el sabor de la sal en los labios, aguantar la respiración para disfrutar del silencio submarino. Me reconforta saber que, por unos instantes, puedo disfrutar de un mundo paralelo, lejos de pensamientos nocivos, de semáforos y pasos de cebra, de encuentros indeseados, de remaches en el corazón, de autómatas caminando sin rumbo por las calles desiertas de una ciudad cualquiera. Cuando abro los ojos bajo el agua y noto como el sol ilumina mi espalda, me siento bien, porque aunque no pueda respirar, sé que justo en ese momento empezaré a bucear lejos del humo tóxico de las fábricas de ilusiones rotas. Y entonces seré feliz.


martes, 1 de diciembre de 2015

Deseos



- ¿Por qué estás en el mundo de la noche rodeado de sombras?
- Porque un día, hace mucho tiempo, viví en la luz, pero me equivoqué.
- ¿Y qué te pasó?
- Simplemente deseé algo, y se cumplió.
- Parece mentira que no supieras que hay que ir con cuidado con lo que uno desea, que igual se cumple. Esto nunca ha traído buen presagio.
- Ahora lo sé, pero en ese momento lo deseaba tanto, que no me escuché lo suficiente.
- Pues nada, querido, bienvenido a tu realidad.