sábado, 5 de diciembre de 2015

Ovillo



Cuando llegué a casa le vi hecho un ovillo. Me enternece tanto verle así. Me recuerda el día en que fuí a adoptarle, con su pasito nervioso, con su movimiento incesante de la cola, con sus ojos vivarachos en busca de alguien que lo llevara a un hogar.
Me acerqué sin hacer ruido porque pensaba que estaba durmiendo, pero me dí cuenta que estaba con los ojos abiertos, mirando al suelo. En ese momento lo entendí. No estaba acurrucado para conservar el calor en ese día tan frío, sino para que no se le escaparan los pocos sentimientos que le quedaban de su vida pasada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario