miércoles, 12 de diciembre de 2012

Pinceladas de colores


Hubo un tiempo en el que no sabías de qué color era la vida, en el que sentías y amabas en blanco y negro, intentando vislumbrar un poco de gris entre tanta monotonía. Hubo un tiempo en el que eras un autómata aferrado a una realidad sin matices, sin tonos y sin emociones. En ese tiempo creías ser inmensamente feliz, porque era lo único que conocías y que estabas dispuesto a conocer, porque los naranjas y los rojos eran para ti simples reflejos de melocotones y cerezas. 




Entonces un día, saliendo de esa tienda de libros de segunda mano que tanto te gustaba, entraste sin saber muy bien por qué, en aquel almacén sucio, oscuro y olvidado, por el que tantas veces habías pasado de largo. Y libro recién comprado en mano, esperando encontrar un nuevo argumento que te hiciera soñar, fuiste caminando por su tedioso pasillo hasta el final, donde había una luz bonita, pensabando en que te encontrarías con otra esquina cualquiera en la que se acumula el polvo del olvido… Pero tu realidad empezó a desvanecerse cuando saliste a la luz y una explosión de colores invadió tu mirada, tu mente, tus sentidos y tus pensamientos más profundos.

- ¿Colores? (Pensaste). Me gustan, son preciosos. Me hacen sentir vivo ¿Y si los cambio por esos grises que tanto tiempo me han acompañado? ¿Y si dejo de lado las esquinas polvorientas y grises por este algo especial pero desconocido? ¿Y si...? ¿Entonces...?

Tantas preguntas te hiciste en tan poco tiempo, que te invadió el miedo a tal belleza y saliste despavorido del almacén, para nunca volver a entrar en él… Y desde ese día sigues pensando en cómo sería el mundo pintado de colores, qué pasaría si cambiaras tus negros, blancos y grises por esos colores que durante unos minutos eternos pudiste saborear hace, quizás, demasiado tiempo, y que nunca te atreviste  tocar. Los imaginas, día tras día, una y otra vez. Algo dentro de ti te impulsa a tomar las riendas de color para tu vida, pero nunca acabas de hacerlo...

- ¿De qué tienes miedo? Ah, ¿que no lo tienes? Ja! Entonces, ¿a qué estás esperando para vivir, de una vez por todas, en color?


No hay comentarios:

Publicar un comentario