martes, 9 de febrero de 2016

Y de repente


Y de repente, el cielo se abre, se dispersan las nubes
y un rayo de sol atraviesa la neblina,
esa que no me dejaba ver con claridad.
Y de repente, todo tiene sentido,
tu ausencia, mis lágrimas,
tu felicidad, mis insomnios,
tu alejarme de tu vida, mi tener que luchar por no caer,
tu no querer darme ni una opción, mi necesidad de saber por qué. 
Y de repente, una tarde de un domingo cualquiera,
cuando menos me lo esperaba, 
la vida, sabia, me da La oportunidad,
ese momento que pensé que nunca llegaría,
esas palabras de apoyo por la despedida eterna,
ese cariño de unas personas que siempre he tenido en mi corazón,
ese volver a verla después de demasiado tiempo.
Y de repente, se corta la respiración y las lágrimas aparecen,
y llega el momento en que un abrazo reparador
nos recuerda que lo teníamos pendiente y que lo merecíamos,
y los recuerdos siguen brotando por el tiempo pasado
y me doy cuenta que en veinte segundos pasa toda mi vida por delante,
como un tren que no puede parar.
Y de repente, doy gracias a la vida porque, al fin, puedo estar en paz,
y no sé si sonreir o seguir llorando,
porque veo a lo lejos como el cielo clarea
y sé que ha llegado el día en que se cierra, definitivamente,
una etapa, una vida, ese "necesitaba abrazarte por última vez".
Y de repente, cae tu espina, cae la mía, sin dolor,
y me doy cuenta que he hecho las cosas bien,
que guiarme por la intuición no puede llevar nada malo,
aunque en ese momento las emociones centrifuguen mi corazón.
Y de repente, sé que puedo empezar a caminar,
sin ataduras, sin espinas pendientes, sin rencores,
y soy capaz de mirar al futuro con una sonrisa,
sabiendo, muy en el fondo de mí,
que a la larga, todo irá a mejor.
Porque la vida es caprichosa, 
pero teniendo paciencia, todo lo que tiene que llegar, acaba llegando.
Y de repente, todo empieza a tener sentido...


No hay comentarios:

Publicar un comentario