miércoles, 25 de abril de 2012

A vosotras, amigas


Estando bien o mal, sufriendo o disfrutando de la vida, ilusionada o decepcionada con el amor, soñando despierta o dormida, llorando de risa o estando bloqueada por la tristeza, paseando por el bosque o nadando en el mar, con proyectos de futuro y reminiscencias del pasado, con amor en mano o en su búsqueda incesante, con unos sueños rotos y algunos cumplidos, embriagada de nostalgia o borrachada de melancolía, dolida por la sonrisa perdida o feliz por la encontrada, nerviosa por los besos robados de manera furtiva…
No importa el momento en el que me encuentre, porque sé que vosotras, queridas columnas vertebrales de mi vida, siempre estaréis ahí, como una manada de oseznos ayudándose para salir indemnes de las garras de la vida. Porque sin vosotras no lloraría, ni sonreiría, ni me ilusionaría, ni tendría una almohada sobre la que verter mis pensamientos más íntimos, ni las veladas con vino y cerveza tendrían sentido, ni los paseos al lado del mar valdrían la pena, ni sabría qué hacer cuando mi mente se obnubila y deja de soñar. Porque una no es nadie sin un espejo en el que reflejarse.

Para todas vosotras, amigas, que sabéis bien quiénes sois.
Simplemente, gracias por ayudarme a ser feliz…



No hay comentarios:

Publicar un comentario