viernes, 20 de octubre de 2023

Sauces

 

En el silencio de una noche cualquiera, en algún sitio leí que "lo que das de corazón, se queda aunque te vayas". Y así, dando media vuelta, la miré por última vez, agarré fuerte mis ganas de besarla, me sellé los labios para no despedirme con palabras que salían de lo más profundo de mí, y cerré la puerta.

Lo que nunca supo, es que cuando la quietud invadió mi casa, lloré de melancolía por lo feliz que me hizo y por la magia que me regaló en cada uno de sus detalles y sus caricias. Fue maravilloso, sin duda, y cada vez que lo pienso, siento que he sido afortunada por cruzarme en la vida de manera azarosa, con ese ser de luz que me devolvió la sonrisa, el latir del corazón, el fluir de la sangre y el creer que una vida mejor es posible... Porque sí, porque hay hechos, palabras y miradas que te devuelven a la vida. Y tú, alma de sentir intenso, cuya sola presencia hace que los sauces llorones hagan honor a su nombre, me la devolviste.

No me he dado cuenta hasta hace poco, en el letargo del insomnio de una noche lluviosa y desapacible, que aunque cerrara la puerta, jamás puse el candado... 



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