miércoles, 18 de enero de 2012

Mañanas de Montmartre

Hay mañanas en las que me despierto, remoloneando en la cama porque no sé exactamente qué día es, y me visto como una autómata y salgo a la calle con aire despistado, caminando con rumbo y destino pero sin querer tenerlos. Y entonces siento que esta ciudad, hoy, no es mi sitio ni mi hogar, no quiero estar aquí ni llegar a mi despacho, ni recorrer sus calles, ni empaparme de su tráfico ni de sus peatones ni de sus tiendas ni de la incertidumbre de un nuevo día en ella.


Hay mañanas, en las que daría lo que fuera por abrir los ojos y estar en París, perdida en cualquier callejuela del barrio de Montmartre, buscando la impronta de acuarelas de artistas olvidados, de melodías cantadas por voces desgarradas, de amores efímeros y pasajeros, de los que una se olvida sin darse cuenta. Hay mañanas, en las que necesitaría abrir mi mente al sentimiento melancólico de Edith Piaf, a la genialidad  cubista de Picasso, a las naturalezas muertas de Georges Braque y a los colores de cabaret de Toulouse-Lautrec. Hay mañanas en las que desearía despertarme con el aroma de café recién hecho, en una cama de sábanas blancas de una buhardilla soleada, después de que cualquier escultor novel haya pasado la noche  entera moldeando pausadamente mi cuerpo desnudo, y bajar a pasear entre esas calles parisinas repletas de deseos, ilusiones, decepciones, encuentros y desencuentros, pintores y músicos callejeros. Y comprar un ramo de flores, y subir a la buhardilla soleada, y poner las rosas en un jarrón de cobre viejo, y empaparme de su aroma, y sentirme viva, y emocionarme como esa primera mañana en la que, mientras me desperezaba de una noche gris, abrí los ojos e imaginé que despertaba en Paris.


2 comentarios:

  1. Como lo prometí llegué a casa y lo primero que hice fue abrir el blogg, bueno... No para que mentir, lo primero fué ponerme cómoda, llenar un vaso de coca, prender la computadora, encender un cigarrillo y ahí sí comenzar a leer... Cosas que debía hacer si o si despues de un día largo... No sé si hay mañanas en las que me despierte con ganas de no estar aquí (Córdoba, Argentina), a veces simplemente me gustaría no estar en ningún lado, hasta que recuerdo que no soy de las personas que escapan de los problemas, responsabilidades, etc... Pero hoy sé que me duermo con ganas de estar ahí (Montmartre, París), así que gracias por hacerme volar... Esta vez con las palabras!!! Me encantó! Besitos Puck

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  2. Gracias por tus palabras. Siempre hay algo en nuestra vida que nos ayuda a pensar que es posible volar :)

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