¿Cuándo te diste cuenta que la querías tanto?
Cuando fue demasiado tarde.
Ya sólo recuerdo sus caderas suaves, su mirada perdida
y sus manos tatuando mi espalda.
Se fue sin hacer ruido, como lo hacía todo en la vida.
¿Y qué vas a hacer ahora?
Retenerla en mis sueños más oscuros, donde nadie pueda juzgarme,
en los sillones de cuero imaginarios de los que tantas veces hablamos.
Y esperar que la vida me cruce con alguien que quiera bailar conmigo...
¿Bailamos?
(Sonreí)